Cuando me preguntan por qué me gusta el mototurismo, para poder responder es importante tener en cuenta los siguientes ingredientes:
- Pasión por la moto.
- Afición a viajar.
- Gusto a la aventura.
- Interés por la gastronomía.
- Socializar.
- Gozar de visitas culturales.
- Compartir emociones.
- Disfrutar de la naturaleza.
El resultado explica las razones por las que el mototurismo es mi opción de viaje preferida. Es una experiencia que va más allá del simple desplazamiento buscando un destino, es una aventura que se siente muy intensamente y crea recuerdos imborrables.
Los viajes sobre dos ruedas hacen que todos los sentidos se pongan en funcionamiento de una forma especial: sientes, hueles, escuchas, ves tu entorno de una manera más directa. Es como estar mucho más cerca de los sitios por donde pasas. Esto explica, en parte, por qué me gusta el mototurismo: cada viaje acaba archivado en mi carpeta de momentos inolvidables.
¿Cuándo empezó a gustarme el mototurismo?
Como muchas cosas en la vida, me inicié en la afición por las motos de una manera paulatina. Poco a poco fui afianzando las habilidades necesarias, aprendiendo y compartiendo con amigos todo lo que se ponía a mi alcance relacionado con este mundo. Y sin darme cuenta, después de muchos kilómetros recorridos, adquirí la confianza necesaria para disfrutar cada vez más y conseguir la experiencia que me permite planificar y realizar hasta grandes rutas mototurísticas internacionales.
¿Qué es lo que más me gusta del mototurismo?
Otro aspecto muy importante que explica claramente por qué me gusta el mototurismo: tengo la grandísima suerte de compartir con mi pareja la afición motera, con ella he recorrido la mayor parte de rutas mototurísticas. Y el resultado es una compenetración que añade un sentimiento extra a estas aventuras, es una experiencia que implica una complicidad con muchas dosis de cooperación constante. En definitiva, es una prueba de confianza superlativa.
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Así, en compañía, es mucho más gratificante saborear la libertad de explorar carreteras secundarias, sinuosas, llegar a pueblos recónditos, poder parar en un lugar que te guste para hacer una foto o, simplemente, disfrutar de un paisaje. Es como un trabajo en equipo que refuerza o enriquece la emoción de aventura.
Y como también soy un aficionado a la naturaleza y viajar en moto te permite tener una conexión directa con ella, me gusta el mototurismo. De alguna manera, conectas de una forma más próxima que te permite observar y sentir detalles que en coche pasarían desapercibidos.
¿Por qué recomiendo practicar mototurismo?
Tenemos en España muchísima variedad de destinos, mejor dicho, rutas mototurísticas que se pueden adaptar a cualquier preferencia, a cualquier nivel de dificultad, desde carreteras de montaña espectaculares hasta rutas costeras con paisajes maravillosos.
Añade a tus rutas pueblos con encanto, visitas culturales, conciertos, concentraciones moteras, restaurantes, etc. En resumen, busca en tu catálogo de excusas los ingredientes para salir en moto y seguro que planificas una nueva ruta mototurística.
10 de febrero de 2025. Por José Luis Martín.
